sábado, 21 de mayo de 2011

T E C H N O


Fecha: Sábado 14 Mayo
Lugar: Casona Vilardebó
Bandas: Technocracia


Se puede escuchar música Techno en Uruguay. Afirmación concretada el sábado 14 de Mayo en dónde se realiza una edición de las fiestas de la Technocracia en la vieja casona de la calle Vilardebo justo antes de llegar al club Ugab. En dicha fiesta se presentaron referentes Dj’s de la música electrónica: Mokey B, Fuck The V.I.P y Koolt. Mokey B es uno de los artistas argentinos más reconocido en el medio underground electrónico de Buenos Aires.
La cita comenzó a las 12 de la noche, con buena repercusión de público, distintos estereotipos estéticos se visualizaron en el ambiente, desde dark’s, freakys hiphoperos, modernitos, etc y hasta algún pibe con bases nike decorrer.
El servicio de bebidas fue muy bueno, hubo buenos precios.
En cuanto la música lo más importante, como dice uno de los lemas de la Technocracia, “…apunta a la difusión de la cultura electrónica underground, que se desarrolla al margen de la actividad pública oficial, sin otro auspiciante más que la música en si misma”. En mi humilde opinión fue muy disfrutada la noche, los sonidos electrónicos que aprecié fueron reiterados monótonamente y tenían un gran contenido industrial, como los de la vieja escuela Kraftwerk, pero acoplados en velocidad mayor. También en momentos  noté tracks bastantes acelerados, casi hasta con ganas de saltar que me  hicieron acordar al sónido DigitalHardcore alemán por su exuberante Power.(pareciera que supiera pero solo hago el intento).
En fin si buscas música Techno y tenes ganas de escucharla , buscá Kr...

Tirikitiski Fox

viernes, 13 de mayo de 2011

cal y arena



Fecha: viernes 6 de Mayo de 2011
Lugar: Bluzz Live
Bandas: Las Membranas, Rockadictos


Este post debe empezar sin rodeos: Las Membranas es una pésima banda. Estábamos afuera felices por la llegada del frío a la ciudad, fumando y hablando de la historia de la lucha independista del pueblo vasco, cuando arrancó. Nada de lo que se escuchó desde afuera resultó lo suficientemente atractivo como para hacernos entrar rápidamente. Uno, dos, tres temas, nada. Escuchamos una versión de Gloria, canción escrita originalmente por el  hombre de Irlanda del Norte, Van Morrison, pero que entre nos. punkis se hizo conocida por Patti Smith en Land, que mezcla ese estribillo, una canción de los Gories, Land of a thousand dances, y la letra de un poema propio: Jesus died for somebody´s sins but not mine. Keremos tanto a Patti.
En la puerta, Markitos hacía de kara de perro e iba juntando billetes de a cien mientras le relucía un colmillo. No sé ke mierda hacían ahí, si ahora Motosierra tomó poder en Bluzz, porque el otro, el bajista Leíto hacía las veces de plomo y acomodaba micros y parlantes para las bandas de la fecha.

Sákenme de aká
En el escenario, cuatro tipos con remeras rojas y una especie de casco que asemejaba la cabeza del monstruo deforme del señor de los anillos – perdón, no soy tan friki -. La remera tenía un buen dibujo, similar a un poster de Rodchenko, un tipo con un puño en alto y una frase que decía algo parecido a kamarada hey!, frase que acto seguido, la banda enarbola cual grito de guerra, ¿estaremos frente a soviéticos ramoneros? ¿será eso posible?. Tema tras tema, la banda se encargó de destruir cualquier tipo de ilusión creada. Resultó sonando como una especie de metal extraño, con un guitarrista peludo que peludeaba y un cantante duro que no podía mantener el control de su cara ni de su pelvis. Ambas se movían desencajadas de la música, sobretodo en un tema ya visto que le anunciaba a alguien que le iba a chupar la concha. Se rescataron un bajista y un batero esforzados que fueron derechito durante todo el toke, hacían unos temas horribles pero le metieron un poco de onda. Al final, el cantante enano largó la guitarra y bajó del escenario en busca del público, que al verlo retrocedió un paso. El flaco, cual Iggy Pop del subdesarrollo y luego de alguna enfermedad grave e irrecuperable, montó un show patético y aburrido. Ese tío estaba muy enamorado de sí mismo, anunció la vasca, dando justo en el clavo.

Redención rockabilly
La última vez ke había visto a Rockadictos me había aburrido un poco. Habían hecho demasiada apología de su gusto por ese rock bluesero y motokero, con el que ciertas cosas del rockabilly a veces se tocan. Debo reconocer que ésta estuvo muchísimo mejor. Prestando un poco de atención me deleité con el manejo de la guitarra del Chucho, que la hace de goma en lo suyo y que toca sin esfuerzo, como jugando de memoria. El bajista llevando el ritmo mucho mejor de lo que lo hacía el batero. Y en esto quiero detenerme un instante. Es un tema ke me preocupa realmente. No entiendo porque los bateros siempre están tan concentrados en parecer una mákina, lo entiendo si uno toca temas de Kraftwerk o en alguna pésima banda metalera – desde este blog instamos a revivir la vieja batallita del punk vs. metal ke supo entretener a tantos de los jóvenes uruguayos de los 80-90 – Entonces, ¿porque no llevar la bata con un pokito más de gracia?, demorando el golpe ese instante que hace todo mucho más ameno, sobretodo en el rockabilly que es esencialmente una música hecha pa bailar.
Esta banda hizo valer la lágrima dejada en la boletería. Los Rudos no tocaron porque su bajista, Leo, está con algún problema de salud medio heavy, por lo que el Peyo tocó un par de temas de Jhonny Cash con los Rockadictos, y confirmó lo ke algunos de los integrantes de este blog le repetimos hasta el cansancio: arrancá pal rockabilly guacho!
En fin, sobre la locomotora de Folsom Prison nos fuimos bailando entre la menuda concurrencia de un local semi desierto.
Alguien me dijo esta semana que ya no pagaba ni un puto peso más por ver una banda uruguaya. Un buen consejo, después de todo.


laV.

domingo, 8 de mayo de 2011

Clics posmodernos

Lugar: Velódromo municipal
Fecha: 7 de mayo / fecha de nacimiento de Evita Perón y el Mariscal Tito (amén)
Banda: Charly Garcia

Ma’ si. Yo me mando solo y aunque no me guste ir solo, voy. Con la media de Bols y mas abrigado que hijo único, que joder. Se percibe algo en el ambiente, entro al super a comprar chocolate y las fichas se encanutan el porrón en las camperas, toca Charly, papei. Mucha birra en Ricaldoni, poco rati en el parque.
Una hora antes del toque entro... me tiran la ginebra, la gente linda que te revisa mas que en Bartolome Mitre, con la remera de tolerancia o prevención. “Es un remedio, jueputa... tengo anginas”. Nada. La tableta Garoto de amargo sigue piola en el bolsillo grande de la motxila. Soy un gil.

1) No puedes ser feliz con tanta gente hablando a tu alrededor

Si dividieran mas el velódromo, si clasificaran un poco mas a la gente, creo que cada uno pagaría el precio del lugar exacto donde quiere estar o donde lo mandan a estar. Me imagino que en el Abitab, habría un control poblacional donde según tu cara te asignaran un lugar y un precio de entrada. Yo tenia una invitación, de puerta 3 cancha no vip(*). Y llegar hasta allí, no era sencillo.

Aún poca gente, me acerco a las charlas que se dan, a la gente que se llama por celular y se abraza, cada una de las que escucho.... me superan. Creo que estoy en el lugar donde la gente pago entre 700 y 900 pesos. Lo raro de todo esto es que de las mil o dosmil personas que hay allí, solo conozco al que me vendió un refresco en la cantina.

2) Y hasta las personas lindas me dan rabia

Me tiro en la parte mas alta de la pista, con la mochila de almohada y pelo los chocolates, alguien del otro lado de la baranda, me pide la entrada para pasar a la cancha y se la doy. Pasa y desde lejos me agradece. Han bajado las luces. Entra gente caminando al escenario, no parece ser Charly, son Pedro y el Topo. Puta madre! hacen unas cancioncitas estériles con guitarra y voz. Tocan una versión accidentada de Ensueños, algunas cosas nuevas que le querían vender al masivo público, una canción triste que se llama Iris de Morfina y cuando la empiezan a tocar, alguien les grita Eso es Hotel Californaaa, ladrón. Siguen tocando, y se parecen a esos pibes que tocan canciones de Sui Generis en los campamentos. Ya fue, Pedro. Se despiden con He Nevers... Predecible.

3) Voy a saltar adentro tuyo comiendome de a poco tu orgullo

Pasan varios minutos. Y al final entra Charly arengado, siempre por el público uruguacho, ese público que le decis Uruguay y parece que le tocas la cola y le encanta.
Charly cortisona, no está tan mal, hace un chow, con una banda de chilenitos, dos guitarristas del palo, eso que te hacen poses rockers todo el tiempo y se parecen a la Mona Gimenez (indefeciblemente siempre se parecen a la Mona).
Charly va de aqui para allá y parece mas un director de orquesta que un interprete, la banda suena muy pared de sonido (no es que yo sepa de estas cosas) y la voz por momentos se pierde (increible pero cierto). Empiezan con Cerca de la Revolución y siguen con Rock and Roll Yo. Entran con un hit tras otro. Charly se encarga en todo momento de remarcar que lo que están escuchando es un concierto de rock [only rock]. Creo que el afán de remarcarlo es ironizar sobre eso. En un momento rompe una silla y dice “vieron... rompí una silla”.

4) Yo me hago el muerto para ver quien me llora, para ver quien me ha usado

Pensaba referirme a la valla que divide uno de otros, pero comprenderan... el rock es amor, paz, libertad y roll royce.

Charly esta feliz, Uruguay esta feliz se encargo de hacer saber en gran parte del toque. De cierta forma era decir estoy bien a toda esa troupe de enfermitos que lo va a ver. Tocó El amor espera, que es una gran canción y una versión muy trance de el living donde merecería haber estado Stella Maris de corista, creo, que es un tema que podría haber echo elefante. Claro que también tocó Pasajera en trance y las canciones que todos querían escuchar, Demoliendo sheratons, I´m not in love, Tu vicio. Después se divagó un poco, vino el negro rada a hacer los grititos pedorros esos que hace y que todo el mundo dice “pahhhh! que salado el negro, que registros que tiene”, vino otro negro emparentado en no se que mierda con los Rolling Stones y cantaron dos temas de los Stones de los cuales conocía uno por Siniestro Total, nomas y se despidió pasmosamente con Canción para mi muerte, mientras hacia acuerdo una vez mas... esto fue rock and roll.
Voy a recuperar la Ginebra y ya no está.
La vuelta en el 185 es un toque aparte.
*obrigado Natyle por la entrada
Aliosha

viernes, 6 de mayo de 2011

ansiando psicodelia

Lugar: Decibelios
Fecha: 29 abril 2011
bandas: goo goo mucks, los ultraman, rudos wild


Esta vez andábamos con un croata, que cayó en bici. Primera buena señal. Al rato aparecieron dos rubios, alemanes y callados. Resulta que no hablaban una puta palabra de español. Cuando dejamos el centro y empezamos a bajar por el Cordón, las caras de éstos dos últimos se transformaron en una mueca de asco y desconfianza, mientras recorríamos calles con el típicamente montevideano olor a meo y huecos de sombra alternados entre la fila de luces pobremente distribuída. Veníamos paladeando el pedacito de cartón que nos habíamos encajado antes de salir, paseándolo por debajo de la lengua, jugando mientras se demoraban los primeros efectos.
Primero la vuelta de costumbre, atar las chivas, examinar la concurrencia, pegar una vuelta por el boliche. No había nadie adentro. Apareció el Fanfa, que a pesar de no ligar tripi, no lo necesitó nunca con lo extasiado que estuvo en la conversa con los extranjeros de turno esa noche. 
Decibelios estaba raro. En realidad, estaba todo lo raro y andrajoso que está de costumbre. Había dos tokes. En el de abajo unos niñatos y sus mayores custiodaban la puerta, mientras que una tela negra cubría la entrada al bar, guardada por otro par.
Esta mierda no pega, decía quejoso Aliosha, al tiempo que se enchufaba los auriculares y se ponía a bailar solo sobre Piedra Alta. El faso en la eskina levantó los primeros cosquilleos en la columna, recorriéndola como un escalofrío y las pupilas se habían rendido a dejar pasar toda la luz posible, abiertas y receptivas, deformantes.
Para quien no acostumbra tales niveles de tercermundismo,  el panorama fue demasiado. Los alemanes olfatearon la decadencia y huyeron sin saludar. Giliaron.
Habían reformado creo, o tal vez me di cuenta que nunca había pasado a la parte del baño del local, porque de repente me metí por un pasillo que corría por atrás de la barra, regentada por la chica cara de perro misfit. Cerca de los baños, dos cuartos, para las bandas aparentemente, y una escalera que bajaba. Planeamos con Aliosha tomar por asalto el escenario de abajo, pero nos detuvieron los niñatos que estaban sentaditos en uno de esos cuartos para bandas, de paredes rayadas y confesiones de que tal y tal cogieron aca. Abrazaban sus instrumentos, y por sus caras adivinamos que ese era su primer toke. La banda de Eliana, dijeron llamarse, y me cayeron simpáticos.
Sonó el bombo y dejamos de dar vueltas. Es medio complicado hacer de Lux Interior, es complicado ser sólo un cantante sin tener ningún instrumento con el que resguardarse, y encima, el público, además de escaso estaba bastante inmóvil. (Si ya sé, debe ser el cuarto post que escribo de corrido en que el público de un toke cualquiera en cualquier lugar simplemente se queda mirando, nada lo conmueve, como estatuas aburridas le dan al trago y miran a la banda medio de reojo, como que bailar en público fuese una humillación inaceptable). Bueno eso, Luxy – así llamaremos al cantante, a falta de un nombre real- se contorneaba todo lo que el pantalón de cuero le dejaba, se tiraba al piso, gemía, cantaba, agitaba una cerveza, se trepaba a la bata. Atrás, esforzado el dr.-one man band- kalambre. Antifaz y saco, con un pie en un bombo y el otro en el charles, guitarra podrida escupía los acordes.
Sé que escuché New kind of Kick y Love me de los cramps, - como no podía ser de otra manera dado el nombre de la banda -, si hubo más el cartón los ha borrado de mi sistema. Las luces me llamaban y yo tenía ganas de bailar entre una pretendida multitud que no llegaba nunca. Recuerdo que llegué a pensar si la gente se había ido a ver a los supersónicos y me reí de ellos en la distancia, por lo errado de su elección. Igual, Batman estaba. El mismísimo Batman con antifaz y capa, ta, capaz que no tenía capa y eso lo inventé, pero para el relato acéptenme que tenía capa. Era una cruza de Bruno Díaz con Torrente, por los bigotitos y la panza prominente, y esa sonrisita socarrona colgada de los labios.
Había alguien proyectando videos pero la propia forma de la pared, medio recortada, que deja la bata más atrás, hacía que no se viera un carajo. Fue la primera vez que ví a una banda tocar temas de los cramps, así que ganaron puntos extra ahí. Al terminar, Kalambre anunció que ese era el día internacional de los one man bands (tomá!) y se mandó un tema solo.
Un puchito de por medio y estaban los Ultraman prontos. Banda que siempre está bueno ver, pero o yo estaba medio demente o ellos estaban demasiado de la cara. Un poco fríos al principio. Este es un tema de otra película que no vieron, largó engreído el demonio azul. Diabolik y las del disco y the wolfman y todos los temas estaban demás. Hasta uno lentón que no consigo recordar. Una banda que no pasa desapercibida como acertadamente dijo Iñaki. Mientras la banda iba entrando en calor, tema a tema, me cambiaba de lugar, tiraba una foto y la veía desastrosa, mi ojo blindado no me dejaba hacer nada, ni medir luces  ni encontrar fotos ni encuadres lindos. Me rendí y guardé la cámara. Me fui con Iñaki y le tiré unos pasos, él siempre está dispuesto a bailar y eso lo hace grandioso. Fuimos una vez más los energúmenos que aclamamos chicha!, chicha!, porque el cuerpo nos pedía baile. En la colgadera del tripi estuve un rato mirando al batero tocar, ya que no podía sacarle fotos porque estaba atrapado en el lado oscuro del escenario. Terrible swing el pibe, le pasa el trapito a unos cuantos.
Ay! Que lindo! Y le manotié una especie de pija de plástico con luces a una guachita arregladita. El regalo para todo el que pagaba la entrada del toke de abajo. No fue tan grave, tenía como cinco en la mano. Los niños mimados, como monos, se pusieron a jugar y a darse golpes y en menos de cinco minutos, sólo quedaba el mecanismo interno de esa cosa china de cotillón, y el Fanfa analizaba ese circuito con una lucecita roja al final con la minuciosidad de Giro Sintornillos (una terrible regresión a los mediodías antes de irme a la escuela me acaba de suceder).
Cuando una multitud de veinte personas llegó para ver a los rudos, Iñaki y el croata hablaban de rockabilly, mientras éste daba fé de su gusto mostrando el tatuaje con la cara de Elvis que tiene en el brazo y que nació, como él, en Zagreb; Aliosha y Rigotti se disputaban un pin con una plancha ke se los había manoteado y yo divagaba con los concurrentes. 
Los Rudos atomizaron un poco esta vez. Creo que están tocando demasiado al palo. Le tiré eso a un par en la vuelta, que estaban como medio desgastados y todos me decían que los rudos eran así, pero yo creo que antes tenían más swing. Es más, disfruto más cuando hacen covers que cuando me cagan a palos con los temas propios. Desfilaron unos cuantos, de Johnny Cash, de Elvis, de los Misfits, de Social.
La bicicleta me corría por el cuerpo y me moría por un trago.  Intenté convencer al croata de que lo que estábamos escuchando era una canción de Elvis, pero él me miraba y se reía sin entender de dónde mierda salía tanto entusiasmo. Rascando los bolsillos me acerqué a la barra y pedí ferné. Sin hielo y sin coca. De paso le lloré un poco a la cantinera misfit para que se la jugara con otro chorrito. Los dueños del boliche tienen las medidas contadas (pff!), dijo y apretando los últimos sesenta pesos que tendría en las manos en lo que restaba de la noche, la arengué: dale, hacela llorar, no seas ortiva. 

laV.