lunes, 30 de septiembre de 2013

la cantina

Lugar: Cantina de la Cancha de Bochas del Parque Rodo
Fecha:12 de Setiembre del 2012
Bandas: Comunismo Internacional / Julen y La Gente Sola

El 427 me deja a varias cuadras del Club de Bochas que yo hago más largas tomando el camino equivocado. No conozco demasiado el barrio aunque tengo una leve idea de cómo llegar. Aunque el día esta inmundo de húmedo y pronosticaron tormenta, no me quejo demasiado por caminar de más. Tengo una punta y me da justo el tiempo para fumarla antes de llegar. Bajo la escalera, ligeramente drogado, para ver el toque de Comunismo y los Julen.

La cantina es un lugar extraño. Nunca había ido a un toque ahí. En realidad nunca había ido. Mi experiencia más cercana con este lugar fue caer de casualidad una vez en enero y quedarme viendo el cumpleaños de gente que no conocía. Parecía ser un lugar bonito y a nadie le parecía molestar mi presencia. Es lo mismo que puedo decir de yo en este toque, en esta situación en particular. Todas las mesas, todas las sillas, están ocupadas. En realidad no todas, pero no quiero imponerme ni meterme en grupos de gente que no conozco del todo. Ese es mi problema. Podría ser amigo de todo el mundo si no me diese un montón de incomodidad decir hola. Así que me apoyo contra una heladera que se que nadie va a abrir, porque dudo que de hecho tenga algo adentro.

Unos detalles se destacan de esta primera escena. La principal es una bola de espejos. Que funciona, por una vez en la vida. Una luz roja la apunta y los reflejos en las paredes, que son casi la única iluminación, van ideales con la música de Comunismo Internacional. Lo otro que capta mi atención es que somos todos hombres. Ni una sola mujer en vista. Un hetero podría haber dicho que esto era Acá si que no se coge, pero como soy puto esa para mí no era una frase válida.  En realidad si lo era, pero por otros motivos, no hay ninguno que juegue en mi liga. Y si lo hay yo no me entero.  Dentro de este club de chicos los que más llamaban la atención eran lo que asumí como parroquianos o habitues de la cantina, que claramente no estaban del todo acostumbrados a lo que estaba sonando, que si yo fuese pretencioso y molesto (y estoy casi seguro lo soy), definiría como “pop ruidoso de dormitorio”. Vamos Lento, Proyecto Fósforo, quién sea, contratenmen!

Ok, para o mi mamá dispara. Volvamos a donde estaba.

Los parroquianos no  entendían demasiado lo que estaban escuchando y no les importaba disimularlo. Principalmente a uno que alguien definió como “Universo Control Z”, pero yo sé muy bien que había salido de El Ósculo Hirsuto, un comic gay argentino que amo y es sobre un grupo de osos (hombres grandes en tamaño y edad, a veces muy peludos, otras veces un poco peludos) y sus relaciones afectivo-sexuales. Mocasines, bermuda caqui, camisa con botones abiertos para que la panza respirara. Podría haber saltado de una viñeta menos porno de lo usual. Como no sé su nombre le voy a poner Felipe. Así que Felipe se quejaba que no se entendía la voz (es cierto, pero creo que era a propósito) y cuando el asunto se volvía cargado y denso, se retiraba a fumar, a tomar cerveza, a hablar por celular. Solía pasar que en las ausencias de Felipe el dúo comunista tocaba sus canciones más delicadas, las que podían haber sido su puerta de entrada a bandas nuevas. Recuerdo dos, una balada dedicada a Acto de Violencia en una Joven Periodista, donde se destacaba la frase “Carlos va a morir” y otra que decía “Ernesto, que pasó con tu gusto musical”. En ambas dos, al igual que Felipe, me hubiese gustado más entender la voz y la letra. Era tragicómico que, indefectiblemente, Felipe volvía cuando los ambientes se volvían perturbadores y las canciones desparecían. Terminaron con una versión larga de Sara, instrumental largo, repetitivo, y hermoso, con una conversación saliendo de un celular. Además de hacer extensa e hipnótica la versión que está en el disco, le agregaron una base ritmica electrónica y cavernícola, volviéndola, creo, lo mejor de su set. Bien por Comunismo. Quiero verlos de nuevo.

Durante el intervalo entre banda y banda decidí pegarme un whiskey pensando que sería lo más barato y efectivo en cuanto a elecciones alcohólicas. Grave error. El trago del día eran vino, clarete o tinto, en vasos repletos, a 20pesos. No había whisko barato. Las opciones eran Sandy o Johnny, que por otra parte sería un gran nombre para banda de retro post punk, new wave. Me decidí por Johnny. Mientras tanto empezaron a haber mujeres en el público. Pocas, seguían siendo minoría. Una maraca misógina habría estado en el cielo.

Después de tener tanto problemitas de sonido como de ubicación escénica, arrancaron los Julen. Y arrancaron con Alquimista, canción que generalmente reservan como última en la mayoría de sus toques, supongo que por su aire de épica indie pop. Fue una elección extraña como principio, pero que adelantó la constante de este toque. Las canciones conocidas se hacían en versiones nuevas, como por ejemplo La Cima del Mundo fue tocada con teclado antes que con guitarra. Y terminaron con dos de El Chico del Pórtico, acompañados por Comunismo en un teclado que nunca se escuchó (el pibe con la remera el Unknown Pleasures era Internacional, asumí yo). Ninguna de las dos era Yo Tengo El Poder, esa oda a He Man donde los chicos bullyados se vuelven gigantes y aplastan a todos. También hubo canciones nuevas, entre ellas una sobre un chico que escuchaba voces y se llamaba Gabriel.  Creo que lo que más me gustó del toque de ellos (aparte de que sonó muchísimo mejor que el INJU, y que el ambiente era lindo y todo eso), fue que no se hizo predecible. Es más de lo que puedo decir de la mayoría de las bandas de la vuelta. Si hay algo que no me gusta de ir a toques es esa sensación que tengo de que me están cagando, de que me están dando el mismo show una y otra vez, cambiando a veces el orden de los temas, pero no su contenido. Y lo que hicieron los Julen fue exactamente lo contrario, lo cual me parece aplaudible.

Al gordo Felipe también le pareció super aplaudible. Era el primero en batir palmas cuando terminaba cada canción, levantando las manos al aire y todo. A mitad del show preguntó a los gritos como se llamaba la banda. Luego, durante un tema se acercó a la barra y elogió a la banda a sus amigos, los cantineros, quienes le dijeron que Comunismo también había sido buena. Felipe no estaba impresionado y calificó a Comunismo con un condescendiente adjetivo: Minimalista. Mientras le servían más cerveza una chica se sentó en su silla ahora libre. Esto le cayó mal a Felipe, quién se acercó y le susurró algo en el oído a la muchacha que se había atrevido a usurparle el lugar. La muchacha se levantó y se fue a la barra. Ver esto creo que fue lo mejor que me pasó en el año.

Terminó el toque y Gordo Felipe se acercó a elogiar a Federico Julen. Parte de mi quería salvarlo de una situación incómoda, parte de mi quería seguir pegado a la heladera vacía y escuchar esa conversación. Sé que Feli comparó la banda a Ritchie Valens, la cual es una comparación extraña pero bonita, ciertamente más mejor y más original que decir, oh, no sé, Franny Glass. Salí a fumar un cigarro, el último que me quedaba, y hablamos mal de Lucia González. Yo en realidad ni siquiera hablé mal, sólo dije que siempre aparece una de estas, le hacen unas notas en Freeway, generan barullo porque trabajan con publicitarios y después desaparecen. La más cercana a mi memoria es Mint & the Mentals, pero estoy seguro que hay más. Así que no hay nada de lo cual preocupares. También hablé de que la cantina tenía libros, pero me dijeron que no, que eran carpetas. Decidí que era momento de irme, antes de seguir prolongando la noche. Subí la escalera, caminé hasta 21 de setiembre, compré cigarros en la estación de servicio,  y volví a casa en el 182 Paso Molino, que me deja en el Viaducto. Igual era temprano y de última no hubo tormenta.


Alta Conchuda.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con todo, con absolutamente todo. Incluso con la elección del mejor momento del año (Felipe haciendo justicia y recuperando su lugar) y con lo de Lucía Gonzáles, aunque solo haya visto una foto de ella.

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