Lugar: Solitario Juan
Fecha: Viernes 23 de Marzo
Banda: Los Ultraman
Sin tu desprecio no podré vivir
Si tu no me odias no seré feliz
-E.P-
Sábado ala noche. Ataca con la pelota Malvin. Fitipaldo en semifinales de liga erra de tres. Welcome gana por dos (39-37) en un partido apretado terminando el tercer cuarto. Está prendida la am y no sé porqué. En realidad sí. Es un sábado que parece domingo. Porque anoche tocaron Los Ultraman.
En el Solitario Juan uno ya sabe que va a encontrar algo cualquier fin de semana de nuevo uruguayo. Aunque no quiera. Va a encontrar algo. Esta noche era diferente. Nada era fortuito. Sabíamos qué íbamos a ver y qué queríamos de la noche. Un surf renovado y amazónico. Que te conecta la médula con la línea del bajo que no para de armar el ambiente psicodélico y transitivo (de trance que no sé como se dice). Reverberación psicotrópica dice Iñaki que ya puso los chori a la parri para hacer la comida de este domingo que es sábado.
Ahhh! no creer en dios, ahhh! matar a papa, quemar la estación, ahhh! kemar la ciudad. Al son revoltoso de los peyotes te entraban unas ganas de quemar todo a la mierda. Montevideo, el callejón, la Seregni con sus telas, biblioteca nacional, facultad derecho, todo. Porque allí dentro éramos unas quince personas entradas en éxtasis. El luchador libre al frente con su bajo-falo gigante que sacudía desde su púbis hacia el púbis del público salvaje. Va, en realidad los salvajes salvajes eran tres que se posicionaban bien al frente del escenario surf-pshyco-DF y que movían extremidades y cráneo al son.
Ya la cerveza empezó a hacerse necesaria y entonces los cigarrillos también y las ganas de salir a fumar. Pero no había muchos amigos afuera. Más bien ninguno. Más bien nadie. Parece ser que todo está mal. Que estamos en el horno y que nadie sale ya. Ya todos nos dedicamos a odiar en silencio, a escondidillas. Rindiendo culto a la opinión que se pretende original, cuando nada es original, ni puede, pero igual creemos en la exclusividad de las ideas y que mientras mas cerrado el círculo de radio más importante pensamos.
Domingo a la noche. Recién me llama un amigo. Le cuento que escribo sobre los ultraman. Me dice que no escriba más sobre bandas surf, que el blog se está tirando demasiado para un lado de la “escena”, que hay que darle más bola al indie. Me cuenta un par de sus aventuras de viernes, muy graciosas todas, realmente muy graciosas de verdad, esas de las que siempre está armado, entonces nos reímos por un rato. Se despide y me corta. Me quedó lo de la “escena” o escenita le diría yo, rebotando adentro de la cabeza como esas pelotitas de goma. Después pensando un poco me doy cuenta que el indie uruguayo estaba allí presente en su más sana representación para la mayoría de sus seguidores (que los hay muchos en esta pequeña y hostil MontevideoAgoniza) ya que estaban los amigos de Esquizodelia presenciando el toque, y que gentilmente prestaron parte de una batería y algún otro artilugio para que el concierto de sus supuestos rivales de escena se desarrollara de la mejor manera.
Las ironías están a la orden en un lugar tan ultraconcentrado de egos, todos chiquitos en verdad, pero muy pesados, muy cargosos, pegajosos y alborotados, que luchan por sacar un poquito la cabeza con alguna ocurrencia iluminada de esas que siempre suceden en medio de una paja en frente al monitor. Entonces, la pavada anónima resulta ser mucho más asqueante que un gargajo en la frente.
Resulta que ahora no me quiero manchar. Es más fácil opinar de todo con tu lista de amigos twitteros que divulgar algo. Nadie se hace cargo de las cosas que piensa. Está bien, pero cierren el facebook y todas las formas que las personas normales (las vulgares) encontramos para pegar algo con saliva en el vidrio pegoteado y lleno de figuritas a medio sacar que es este nuevo medio (no me sé expresar: disculpas a posibles lectores con cierto caudal literario). El anonimato extremo ante todo parece hacer a las personas más rebeldes. Me regodeo en la indiferencia y creo que estoy más zarpado porque nadie me toca, nadie me ve, yo muevo los hilos desde mi macabro y complejo pedestal hecho silla de escritorio.
Viernes en cuestión. Podría quedarme en casa en el subi-baja feisyoutubero como todos los días cuando volvés al hogar y la capacidad de transgresión se resume a un click. Pero decido ir a la calle a ver una banda que hacía un tiempo no veía. Y hasta ahora me acuerdo que el primer posteo del blog sobre la banda fue mío. Luego vino la Vulpe con su pluma clara y concisa, y más tarde el más chiquito de la música: el vomitivo Tirikitiski Fox. Y sí, esta es la cuarta crónica, al que no le guste que lea indiecaciones. Realmente si se trata de abarcar todo el espectro musical de al menos esta ciudad pequeña y consternada, entonces no da con los seis siete bobos que escribimos con cierta frecuencia acá. No tenemos la dedicación de otros medios ni tampoco el estilo. Muchachada, hagan tranquilos que los portales están abiertos para todos.
Bienvenidos y viva la nueva generación!
Bienvenidos y viva la nueva generación!
Entonces me pongo a escribir de nuevo porke sí. Para decir qué bueno que sigan tocando los ultraman. Carajo.
dejo tema que dio nombre a esto sin razón alguna: ok portal