domingo, 13 de enero de 2013

rompeme la susceptibilad y te corto la democracia, con ustedes: La-33


fecha: viernes 11 de Enero
lugar: playa del cerro
bandas: La-33

estamos en un momento de escasa noticia a nivel nacional y la gente no tiene mejor cosa que escribir en blogs flojos y debatir sobre chotadas. la gente se pone susceptible porque si la cumbia, el rock, el samba, el mambo, la electrónica representan al uruguayo. si el folckore o el folk lore!! si la tortafrita o el algodón de azúcar. discriminar está de moda, y como en la música no nos gusta quedarnos atrás de los mediocres debates nacionales, metemos una papa caliente: salsa. porque la integración es el nuevo eslogan del gobierno, porque los eslóganes del gobierno están muy copados y siempre representan las inquietudes de su pueblo. las inquietudes reales se resuelven con eslóganes copados dijo alguna vez el nico maquiavelo, no?
bueno que arranca ehhhh!!!

Entramos a meter pedal y meter pedal. No nos cansamos. Cruzamos el puente que mostraba al cerro. A la fábrica abandonada de la posguerra de Europa del este alias ex frigorífico nacional. Que mostraba la Ancap de país productivo. Mostraba la playa y el puerto y la torre de antel. Todo un país. Visto de cierta perspectiva. Que, ciertamente, no es la del Espectador. El puente que pasaba por arriba de los accesos de la ruta 1 y 5. Ahí empezaba el verdadero viaje. Rusia, Suecia, Austria, China, Bélgica, Perú, Burdeos. Todo siempre perpendiculizado por Grecia. Tocaba La-33 de Colombia, y ya eran demasiados países. Demasiado Latino. Nos metimos para el comienzo de la rambla. En la playa nos dimos un baño que fue exageradamente mejor que en Pinamar. El agua más clara. La gente más amena. El paisaje más real. La silueta del centro de Montevideo de un lado, y un antiguo frigorífico a medio derrumbar que parecía recién bombardeado por el otro. Atardeciendo. La cumbia ya se escuchaba desde ahí. Había un futuro próximo incierto como debía ser.  

Como la gente de la música no tiene dinero para viajar a otros lugares más lejanos, se tiene que hacer de cierta imaginación para no aburrirse adentro mismo de Montevideo, que como todos saben, Agoniza. Esto, al menos hasta que no se rehabiliten las líneas de tren hacia Pando, 25 de Agosto, Florida, etc, que nos permiten llevar nuestras bicicletas hacia horizontes que son horizontes por el momento. 

En el Cerro las cosas se valoran más porque simplemente cuestan más. Las bajadas siempre tienen su contraparte. Y así de precipitadamente, te ves envuelto en una empinada y tenés que encararla, con o sin cinturón policial que te espere al final. No hay ciclo vías ni terreno llano que te ayude. Y esto hace al temperamento del de Cerro. Y nosotros (que éramos Iñaki, Biomba y yo) nos contagiamos de la parsimonia que te otorga saber que las cosas cuestan. Entonces la vivimos con más intensidad. Una intensidad, más que iberoamericana, latina.

El faso me había dejado un poco paranoico y no me quería exponer demasiado a la gente. Sabía que se movían por manadas, por grupos y no podía dejar que me ganaran la cabeza así que luego de estudiar los alrededores, me dediqué a escuchar (para despejar la mente nada más) el discurso o espich de Cristian Font que hizo gala de su gran conocimiento de las calles del Cerro, llegando a pronunciar cinco calles. Se sabe que este personaje es lo más Zelig que hay y que él cree que puede mutar y camuflarse en este caso de Omar Gutierrez o alguno conductor de Agitando una Más. Entonces empezó con el clásico quién de nacional, de peñarol, de cerro!!!!!, quién sabe leer una frase de corrido, quién llego en auto y quién en ómnibus, quién se baña todos los días y cosas de ese estilo que no le gustó nada a la poblada del Cerro. Se notaba que sus años de tablado no le habían servido de nada y ahora estaba en serios problemas. El frente amplio encuentro progresista nueva mayoría, o simplemente FA, quiso integrar a Cristian Font con el Cerro.  Vaya a saber uno porqué. No le salió. Por ahí decían que si querían integración posta que pusieran en el cerro una fiesta de electrónica a ver hasta cuánto les llegaba esto de la diversidad que de diversidad e integración no tenía nada: lo más cercano a la cumbia lo pusieron en el Cerro. Punto. El pobre Cristian baja del escenario sin pena ni gloria, tratando de llevarse la mejor cara.  

Biomba nos trae sidra Santa Martha al lugar donde estábamos atricherados cerca de las bicis y le empinamos a eso. Parece que la Intendencia puso un puesto de sidra solamente, la cerveza estaba concentrada en pocitos y punta gorda. Pero integremos, integremos. Desde las autoridades lo más cercano que se vió fue a Jorge Schellemberg (cantautor MPU y clásico fundador de TUMP) que llevaba un cartelito tipo acreditación con las letras en mayúsculas IM en naranja y blanco. Se la pasó bailando divertido con una flaquita enloquecida por la salsa. Parece que su trabajo consistió básicamente en bailar y animar a la gente de alrededor. Al ver que una persona importante y con cargo político movía los pies como podía, eso incitaba a alentar a los inválidos y duros a bailar.

Arranca con pantalla gigante y una cifra cercana a los 45 parlantes al rededor La-33.
Simplemente lo gozas. Estas ahí y te dan ganas de agarrar a una rochita de la cintura y rebolearla y que se haga un agujero en el piso. Te temblequea el esqueleto y sólo querés tirarte un paso al son del instrumento. Saxofonistas y trompetistas todos en lentes negros. Un bajo que iba del jazz a la cumbia salvaje. Timbales, tumbadoras, wira, bombo y redoblante, kongas. Momentos de caos sonoro y cortes repentinos mostrando gran coordinación y mucho ensayo. Todo esto hacía de la 33 la mejor banda. Sin mencionar la acertada fusión del lugar y el nombre de la banda. Que toque la 33 en el cerro fue una pegada política que le va a rendir al frente muchos frutos. El nacionalismo siempre rescata votos perdidos. José Gervasio, sin duda hubiera ido al Cerro, al lugar más posta oriental de gente oriental y trabajadoramente guajira. 

Uno de sus temas altos fueron La tormenta con un coro muy pero muy sugerente: se viene la tormenta y a mi qué. Ese tema te daba ganas de agarrar una molotov (no a la banda) y tirarla contra un patrullero, cosa fácil de hacer, ya que: habían botellas, había alcohol y habían muchos, pero muchos policías en patrulleros motos caballos skates longboards patines pero no en bicis. Habían formado un cordón donde uno no podía (en caso de ser necesario) escapar, salvo nadando por la playa. En ese tema fue que nos corrimos de nuestra trinchera que quedaba a un lado del escenario justo en la parte del estacionamiento y nos fuimos para el medio donde se veía mejor y se escuchaba mejor y se vibraba más el chévere ritmo latino. Parejas de cuarentones, rochos y rochas, niños y viejas bailando y metiendo como les salía los pasos para bailar y sacar al demonio que nos posee a todos los pobres.

Otro alto tema fue Pantera Mambo que duró cerca de quince minutos con una gran producción audiovisual que intercalaba unos jaguares y chitas pintados de rosado con unos pasos repetitivos de una señora que caminaba y unas siluetas de ciudades del mundo en donde aparecía una estatua de pantera tipo paint metida ahí. Después vino Roxanne tema en ingles que invito a las parejas a bailar lentos y dejó en claro que la-33 sabe mucho más inglés que los Molotov que apenas llegan a un spanglish. 
Era increíble lo que bailaban, saltaban, y resquebraban los músicos y cantantes de la 33. Llevaban muy bien puesta a Colombia. Estaban muy puestos y al finalizar el toque dijeron. Suban y compren. Todos fueron al mismo chiste que no hace falta mencionar.

Al terminar el concierto la gente se dispersó muy rápidamente. Nosotros pies ardientes de bailar en la tierra, cazamos las bicis y de nuevo a la ciudad infernal. A tratar de terminar la noche como pudiéramos. Como sea. No podíamos parar. Biomba dijo hasta aquí llego yo, y se desvió en su bici recién pinchada. Las primeras bajas de la noche. Pero nosotros no. Teníamos que ir de una punta de la ciudad a la otra. En medio del camino nos dimos cuenta que más no podíamos pedir. Pero igual seguimos. No supimos entender cuándo terminaba la noche. Nos terminamos quedando parados en un pool en la zona del tres cruces, viendo cómo otros zombies gastaban cientos y cientos de pesos en fichas y fichas de ese juego que parecía tener cerveza como combustible aparte de las fichas. Nosotros éramos igual de zombies, con la diferencia de que no gastábamos el dinero ni las esperanzas.

Pero esperar siempre tiene su fruto y en este caso fue un encendedor en la puerta del pool que habían dejado unos chetboys y del que me habían convidado fuego unos momentos antes. Lo primero que hice al ellos irse fue mirar la banqueta y allí estaba. sólo y esperando su próximo propietario, uno que lo tratara mejor, que no lo deje tirado. Era como un premio a los kilómetros y kilómetros recorridos. Aparte que no era un encendedor normal. Era como un soplete encendedor. Al prender la llama hacía como sonido de turbina y su pequeña llama era azul francia con una base de naranja sideral. fue amor a primera vista. Se lo gané al borracho que hacía horas estaba al otro lado de la puerta haciendo macacadas para los chetos. Cánticos y bailes de borracho sin cesar. Y sin razón. Quizá el encendedor se lo merecía él por la insistencia. Pero a esa altura de la noche, yo también era un borracho patético y merecía mi zanahoria. No saben cómo prende. Chau.

dejo un gran video de un tema que la rompió en vivo.

viernes, 11 de enero de 2013

enero y los desclasados de una generación


Fecha: 4 de Enero, 2013
Lugar: La casa de Demián
Bnadas: O´neill / Los Zalvajes

lo bueno es que mis amigos se quedaron en montelona. Uno desempleado, otro laburando 
y el ultimo, kemo el aguinaldo y el salario vacacional unos días antes del 31 a lo laser.
Me agitaron de LA BUENO REGULAR y yo a mi mujer. Oniell y Los Zalvajes hacían lo suyo.
Nunca había visto a Los Zalvajes y hace rato que estoy de cuento con que "voy a ir voy a ir" y fui. 
Oniell hace unos días me había presentado unos temas en casa,era una buena oportunidad para verlos en la cocina y eléctricos.

A la linea G de coet sin cerveza- 

ya nos paso la otra vez que el guarda dijo que para después y estaba abierta y llego caliente 
y ya estamos jóvenes como para agitarla en el fondo entonces ta fue en un kiosko que no tenia cambio
y que fuimos a otro y que al final había uno en la eskina del toke pero ta, llegamos justo y con cerveza fría
se veía de lejos un lote de gente y en la puerta vino, porro y un pasillo largo donde al final un dibujo se leía
EXPO BUENO REGULAR

no era uno de esos tugurvios donde tokan habitualmente ni tampoco playa pascual ni una casa moderna, fue una casa defamilia donde un joven Uni exponía sus dibujos-buenos los que vi- y armo la movida con unas cuantas bandas que invito a tocar en la cocina de la casa de sus padres que al parecer no estaban. Vamo los pibe ´. 
charly garcia dijo que su mejor publico siempre son los adolescentes porque ellos todavía pueden cambiar las cosas y te contagian - me puse jipi, chupala-.



la musica


Estaba tocando Oniell con un bajo y la gente estaba sentada escuchando con atención ?¡?¡ parece que estaba 
haciendo un tema instrumental y pisaba el pedal y saltaba la distorsión y volvía el bajo limpio y vuelta a empezar hasta el buche de cerveza.
después vino, ya con la guitarra en lo hombros  " drogarse hace bien" "labrador en celo" " día perfecto" y otras que no se el nombre. 
Oniell siempre da en el blanco con sus melodías y sus letras sencillas, casi no habla con su publico a no ser por medio de sus canciones,cierra los ojos cuando grita y mira el piso mientras ejecuta su folk barrial. Salís herido siempre.                

Enseguida vinieron Los Zalvajes con su formación poco habitual para el medio, batería, organo, gritos y guitarra eléctrica.
nose el nombre de las canciones pero si que la gente se empezó a levantar y mover la patita como no sabiendo si hacer pogoo bailar. La mezcla que hacen Los Zalvajes me llevo a reconocer la influencia tanto del rockabilly como del indie a lo pavement.
Su batería emula las que traen los órganos al firme y el organo y la guitarra van a lo esencial. De la melodía al ruido, de la tensión a la velocidad y de la playa a la ciudad.Es una banda para volver a ver a fines de enero en playa pascual.

No vi el resto de las bandas ni escuche las lecturas, no por falta de ganas, sino 
porque hacia un lorca de la puta madre y ademas afuera salimos y estaba lloviendo y voy por la bajada 
y todo se transforma y es una cascada y unos toman mate y comen torta fritas y creo estar en casa 
y ya no es mi casa llueve y llueve.  

Juan Peralta

*gracias a la música que escuchan todos por darme esta chanza de verano aprovechando la ausencia de sus grandes cronistas, salud y flora para ellos.

domingo, 6 de enero de 2013

Psicodelic from Canelondres



Fecha: Sábado 5  Enero del 2013
Lugar: Transgresores bar cultural  (Km. 36.500 Pinamar)
Bandas: Rudos Wild/ Cadáveres Ilustres
                       
La gente de la música no tiene plata y se queda en Montevideo para juntar plata para quizá el verano próximo ir a algún lado bien pero bien lejos.
Vamos a tener una aventura costeña. La primera del año. Todos los sueños y las promesas y las mujeres están más allá de peaje de Solís de donde nunca pasaremos. En la ciudad infernal, sólo tratamos de sobrevivir. De no hacer más aguda nuestra agonía. Entonces nos vamos a pinamar. Para hacer de la alienación algo un poco más intermitente.  A pasar el día en Pinamar.


Ida y aledaños
Nos vamos de playa, nos vamos de parranda sin parrula para la ciudad de oro de la costa . Nos tomamos el palo en el copsa.
Seis y diez de la tarde de sábado llegamos a la terminal de los omnibuses pobres y apretados, a la terminal que le falta un shopping pero que tiene un baño y un par de bancos apoya-bolsos para dormir la siesta antes de embarcar. Atamos los caballos afuera de la terminal, sobre una baranda que está en una rampa que serviría para ayudar a un lisiado de piernas a ascender o descender a la terminal. Por supuesto dudamos si dejarlas realmente ahí. Dos caballos rodados bloqueando la entrada en rampa, en pleno auge rampìstico no era la mejor idea, ningún paralìtico querría ir ese día. En Europa es multa!!!! dice Iñaki que ata su caballo junto al mío. En Europa viene el guinche de bicis o te le sacan una rueda. Pero estamos en la terminal de río branco y la gente tiene panchos con papas pai con 30 grados de  calor mientras se fuma un pucho mientras las gotas de sudor de la frente van cayendo sobre la mayonesa para convertirla en light.
Primer plan: tenemos todo Montevideo para nosotros y eso es una ventaja viéndolo de cierta forma. MontevideoAgoniza más que nunca y es nuestra. Todos se fueron al este. Nosotros nos quedamos trabajando y en cierto punto de vista también es bueno. El trabajo. Pero al no haber tocado playa a un seis de enero ya nos sentíamos más que trabajadores de verano en Montevideo, unos bolivianos teje-teje sin ver costa. Bueno, vamos a ver al Rudos Wild _dice Iñaki- que toca con Cadáveres Ilustres. Un buen motivo para escaparse de la ciudad por un rato. Buen plan. Se inaugura verano del 13.
Al meterte adentro de un copsa que sale de Río Branco Terminal, sea al este o al oeste, te das cuenta, casi instantánea e instintivamente que existen las clases sociales, o más bien, que siguen existiendo, y por tanto la lucha de clases y entonces la herida sigue abierta. Se puede concluir entonces a nivel muy parcial que al tomarte un copsa de estos, te ponés un poquito más marxista que antes de subirte. Por marxista, se entiende, claro está, que te empieza a gustar la combinación de rojo con amarillo, y te dejas la barba en caso de hombre o las piernas y axilas peludas en caso de mujer. (Buscar estatutos del Pit-Cnt; FEUU; Nueva Mayoría)

Entonces ya todo te chupa un huevo. El calor, las axilas peludas, y hasta el hacinamiento. Estar sentado pero como en cuclillas porque las rodillas no logran hacerse un espacio por el asiento de adelante. Sólo querés llegar a Pinamar a meterte en las serenas aguas canelonences. Apreciar la paleta grandísima de colores marrones que te ofrece el mar y pensar que sería muy aburrido que el agua sea transparente y verte los callos de los pies por ejemplo. Usar de la imaginación, hay que. Imaginando que la bolsa que flota con pañales podría tener otro contenido más prometedor para la noche. Mucha mierda pero de toda del mismo color: Marrón. Por suerte salimos con la bota de pamplona con vino frío clarete. Vino que no dejamos de tomar mientras curtíamos playa pinamareña llena de familias y mujeres que nunca estaban en la franja 20-30 años. Siempre un poco más. Siempre un poco menos.

Primera retirada
Por la playa llegamos a salinas. Allí había una feria artesanal y yo busqué infructuosamente la casa de mis primos. Tomamos unas cervezas mientras veíamos cómo las motos iban y venían. Iban y venían y van y vienen por la Julieta que es la principal que parece demasiado grande para lo que es el balneario en sí. Doble senda con cantero ancho en el medio donde se sientan los púberes a escuchar la música del aparato portátil tan práctico ese. Una cuna de la minoridad infractora para la señora que acompañaba a Pablo Abdala en el supermercado mientras yo agarraba una cerveza para tomar con Iñaki. Ni el diputado ni su mujer llevaban  bolsas o carrito o canastos en sus manos. Ambos llevaban carpetas con papeles y lapiceras. Según pude escuchar, Abdala estaba conversando con el de la carnicería sobre el derecho a la vida mientras le pedía dos kilos de nalga, bien tierna.  A su vez la mujer le ponía a la chica de la panadería una bic azul entre las manos mientras la “persuadía” a llenar la planilla de firmas para el referéndum. Cuando ya estaba en la caja con la cerveza a medio calentar por la cantidad de gente y el calor y la demora en el super, oigo que el diputado nacionalista le gritaba a un gondolero de la sección limpieza que pasaba: “La mejor manera de zanjar la discusión sobre el aborto es por el camino de la consulta popular".
Estos tipos, los políticos, nunca descansan, o será que siempre descansan. No sé. Salí del super con la ligera sospecha de que Salinas tenía algún tipo de imán para lo trágico. En fin, nosotros habíamos llegado ahí sin querer. Debíamos estar en otro balneario pero el destino nos dejó en esa ciudad, nos resignamos a pasar un rato ahí. Nos sentamos en un tronco a tomar nuestras drogas mientras la gente pasaba y las motos y las indumentarias aurinegras desfilaban por la multicultural Av. Julieta. Debíamos irnos pronto ya que éramos casi invitados especiales en Pinamar.  

Una vez alguien dijo: Si Kaurismaki hubiera venido a Uruguay a hacer una película nunca más se hubiera ido. Se hubiera pegado un tiro antes, no lo aguantaría.

En el camino de Salinas a Pinamar por la ruta los zombies nos paraban para comprarnos porro. Sólo cambiamos un porro por un gramo!! decíamos muy orgullosos de mantener la dignidad y no ceder al dinero. Los zombies de canelones están un poco menos evolucionados que los de Montevideo, y la hostilidad aumenta proporcionalmente. Nos intentaron atropellar más de una vez con sus motos zigzagueantes. Bardo, mucho bardo. El Tercer Turismo Mundista.


Nuestra vida no podía ser más emocionante. Vivíamos al límite. Al límite de la orilla de la playa, de la ruta y de las motos. En un descuido el mar se nos avanzó y mojo mochilas y zapatos. Ni del mar se puede fiar.

Con los Cada y los Rudo
 
Al llegar al bar un ambiente tejano lo envolvía todo. la entrada de madera en tablas horizontales le daba aspecto de establo. El lugar, ubicado sobre la ruta, una vez que pasabas el portón, tenía una puerta lateral que permitía sentarse en una silla junto a una mesa y apeciar el espectáculo. Adentro el escenario ubicado de espaldas a la ruta con una tarima y otro espacio más adentro donde se ubicaba la barra con un pool y una mesa para apoyar la cerveza. Con Iñaki nos jugamos uno mientras empezaba ya que había empezado a agarrarle el gusto a esto del pool, cuando nos dimos cuenta de que saber jugar al pool te hace màs rock. Él al menos lo calificó como una pendiente. Estar ahí era como ir a la reunión de familiares que tienen casa en la costa. No una costa muy suntuosa, pero costa al fin. Como en esos cumpleaños te saluda el tío Peyo, la prima Orman y vos pasas, saludas al tío Moreno y te pones en un rinconcito.
En la parte inmediatamente frontal al escenario, donde comúnmente la gente baila, había un piso muy west-finland de tablones gruesos y opacos, gastados por las cientos de botas tejanas y punkies que zapatearon durante horas y horas de rock. No estaba mal para ser la única cosa en el mundo un sábado a la noche de principios de enero. Mejor que ir al cine. Más que ir al cine eso era como meterse en la misma película. Luces redondas de colores que flotaban cual pompas psicodélicas y se proyectaban en los torsos de los frontmans.

Arrancaron los Rudos Wild con mucha fuerza, una canción por lo que recuerdo de punk california. En formato trío. Con un muy joven bajista que tiene pasta y actitud, aparte de tocar bien. Lo que se veía era todo un show, más allá de que hubieran pocas personas, de las cuales un sector estaba integrado por lugareños que sólo querían comer una pizza en el bar de barrio antes de ir a dormir. No les interesaba gastar tiempo y fuerza en una banda de rock. La playa era el centro de atención y donde pasaban la mayoría del tiempo. Ese es el concepto consensuado de turismo para un montevideano. Prohibido pensar. Incluso más de lo que lo está el resto del año.
En vísperas de reyes los Rudos nos regalaron dos temas nuevos muy wais: uno pukny y otro más country, con la poética adolescente romántica y desgarrada tan característica del Peyo. 
Por el escenario además de los Rudos paso Cash, Social Distorsion, y hasta Little Richard. Buenos temas. Aplausos. Muchos aplausos y ovaciones. Amigos, veteranos, y amigos veteranos.  
Nosotros de Cash, queríamos las drogas, pero justamente nos faltaba cash y nos tuvimos que conformar con algo similar al hash. Pero los Rudos nos pusieron white trash y nos encajamos cualquiera. 

Lo de Cadaveres Iustres fue una clase de lo que es el rock. Su frontman lleva un tatuaje enorme en la espalda con el símbolo de la banda. que siempre muestra al dirigirse al baterista que toca como un niño de ocho años jugando con sus pequeños opel records de colección de hojalata. Todo parecía armónico y eso se convirtió del todo en una película del Kaurismaki. Demostraron que hace 20 años que tocan. o más bien lo hicieron notar. La banda generó para ese puñado de desubicados que éramos del verano, un clima. Psicodelic from Canelondres.  Por momentos me hizo acordar a la influencia evidente de loquillo, pero también a aquellos primeros años de la polla ochentosa de y ahora qué. No son la nueva generación. No son MPU. No son intocables ni mucho menos eminencias para el escenario local. Tienen más de gente común, militante de un rock que aparece de vez en cuando,  y vale la pena estar atentos cuándo lo hace.

Nuestro debut de verano empezó de un lado pequeño y bastante ameno. Ahora cabría preguntarse cuántos de estos lugares quedan.  

la vuelta del cap
Todo termina y la retirada se hace difícil. Ya en la ruta, un lado, la que va a el este, más allá del peaje del arroyo Solís,  el camino hacia las luces de la gran bacanal vacacional rochence, donde se van los amigos que quieren ser felices, no como nosotros, que estábamos del lado de la ruta que llevaba a la responsabilidad, trabajo, mala hostia, mosquitos de ciudad y desolación. Cosas que tanto Iñaki como yo preferíamos, indudablemente. Nos tomamos el copsa con el Moreno (batero de Rudos Wild) sabiendo que hacíamos lo correcto, y una leve sonrisa se dibujo en nuestras pàlidos rostros, cuando al primer paso en el pasillo una señora del primer asiento gritando hacia el fondo: TENGO UN NIÑO DURMIENDO, DEJEN DE CANTAR LA PUTA QUE LOS PARIÓ!!!!!  Los cinco o seis adolescentes atrincherados en el medio del omnibus hicieron caso omiso al reclamo de la desesperada madre. siguieron al son de y dale dale carbonee/ hoy te vinimo a alentar / para ser campeón/ hoy hay que ganar/ usando ventanas, piso y paredes de percusión, llegando a emular casi a la perfección el clásico bombo y redoblante (se notaba que no eran principiantes en esto de la arenga en el trasporte), y siguieron sin parar durante la siguiente media hora con una basta lista de temas, algunos de ellos incluso inéditos y de próxima aparición en la Amsterdam. Por mi cabeza pasaron millones de hipótesis, hasta que llegué a dos mas o menos posibles: O estaban re contra re falopeados y se iban pal baile y esa era la única forma de agarrar valor para encararse a una mina; O estaban practicando disciplinadamente las letras de cara al próximo match. Al final me terminé definiendo por la segunda opción.

A la siguiente parada se sube el tío peyo y la prima orman con sus tatuajes y su andar rockabilli. al ver la situación inmediatamente se ponen a dar golpecitos al pasamanos en señal de fiesta. Claro, eran las cinco de la mañana y daba para un sentimiento de mancomunión. El ambiente familiero lo viene a cortar un  pelado sentado adelante mío, que apeló al sentir manya diciendo: GENTE, YO TAMBIÉN SOY DEL CARBONEE, PERO VAMO A RESPETAR, YO SOY MANYA Y ESTOY YENDO A TRABAJAR en una melodía de hinchada para ser comprendido por sus interlocutores que no parecían muy dispuestos al diálogo. El pelado volvió a repetir el cántico  pero esta vez con un tono más desgarrado y sufrido, de un hombre desbordado en su sueño y descompensado en su humor, al borde del llanto aurinegro, sumándole ahora la determinante frase DÉJENSE DE JODER.
Como caído de un paracaídas llega el caudillo pansón del coro de púberes con un contundente VAMO A ACHICAR LA CABEZA y la tribuna se enmudece. Pacificador. Dudosa fue la aparición de un policía joven y sonriente a los cinco minutos del caudillo pansón con más muecas que el truco uruguayo con toda la liga. Al verlo no sabías si se estaba riendo o lamentando. El poli miraba por la ventana metido en su mundo sin dar bola a la maraña de cantantes que seguían hablando. Parecía ser del mismo pueblo que ellos y todos sabían exactamente lo que ocurría menos yo. No soporté más tanta emoción y terminé cediendo al sueño torcido del asiento estrecho del copsa sucio que me dejaría en Rio Branco nuevamente, donde nos esperaban nuestros fieles caballos birrodados, atados a la rampa para paralìticos que ese sábado, evidentemente, no viajaron ni volvieron del este ni el oeste, sino nos hubieran guinchado los caballos. Montevideo tu guincho.

pd. no a la ley fascista de regulación de bicicletas..