Fecha:
Sábado 5 Enero del 2013
Lugar: Transgresores
bar cultural (Km. 36.500 Pinamar)
Bandas:
Rudos Wild/ Cadáveres Ilustres
La gente de la música no tiene plata y se queda en Montevideo
para juntar plata para quizá el verano próximo ir a algún lado bien pero bien
lejos.
Vamos a tener una aventura costeña. La primera del año. Todos
los sueños y las promesas y las mujeres están más allá de peaje de Solís de
donde nunca pasaremos. En la ciudad infernal, sólo tratamos de sobrevivir. De no
hacer más aguda nuestra agonía. Entonces nos vamos a pinamar. Para hacer de la
alienación algo un poco más intermitente. A pasar el día en Pinamar.
Ida y aledaños
Nos vamos de playa, nos vamos de parranda sin parrula para
la ciudad de oro de la costa . Nos tomamos el palo en el copsa.
Seis y diez de la tarde de sábado llegamos a la terminal de
los omnibuses pobres y apretados, a la terminal que le falta un shopping pero
que tiene un baño y un par de bancos apoya-bolsos para dormir la siesta antes
de embarcar. Atamos los caballos afuera de la terminal, sobre una baranda que está
en una rampa que serviría para ayudar a un lisiado de piernas a ascender o
descender a la terminal. Por supuesto dudamos si dejarlas realmente ahí. Dos caballos
rodados bloqueando la entrada en rampa, en pleno auge rampìstico no era la
mejor idea, ningún paralìtico querría ir ese día. En Europa es multa!!!! dice
Iñaki que ata su caballo junto al mío. En Europa viene el guinche de bicis o te
le sacan una rueda. Pero estamos en la terminal de río branco y la gente tiene
panchos con papas pai con 30 grados de
calor mientras se fuma un pucho mientras las gotas de sudor de la frente
van cayendo sobre la mayonesa para convertirla en light.
Primer plan: tenemos todo Montevideo para nosotros y eso es
una ventaja viéndolo de cierta forma. MontevideoAgoniza más que nunca y es
nuestra. Todos se fueron al este. Nosotros nos quedamos trabajando y en cierto
punto de vista también es bueno. El trabajo. Pero al no haber tocado playa a un
seis de enero ya nos sentíamos más que trabajadores de verano en Montevideo, unos
bolivianos teje-teje sin ver costa. Bueno, vamos a ver al Rudos Wild _dice
Iñaki- que toca con Cadáveres Ilustres. Un buen motivo para escaparse de la
ciudad por un rato. Buen plan. Se inaugura verano del 13.
Al meterte adentro de un copsa que sale de Río Branco
Terminal, sea al este o al oeste, te das cuenta, casi instantánea e
instintivamente que existen las clases sociales, o más bien, que siguen
existiendo, y por tanto la lucha de clases y entonces la herida sigue abierta. Se
puede concluir entonces a nivel muy parcial que al tomarte un copsa de estos, te
ponés un poquito más marxista que antes de subirte. Por marxista, se entiende,
claro está, que te empieza a gustar la combinación de rojo con amarillo, y te
dejas la barba en caso de hombre o las piernas y axilas peludas en caso de
mujer. (Buscar estatutos del Pit-Cnt; FEUU; Nueva Mayoría)
Entonces ya todo te chupa un huevo. El calor, las axilas
peludas, y hasta el hacinamiento. Estar sentado pero como en cuclillas porque
las rodillas no logran hacerse un espacio por el asiento de adelante. Sólo querés
llegar a Pinamar a meterte en las serenas aguas canelonences. Apreciar la
paleta grandísima de colores marrones que te ofrece el mar y pensar que sería
muy aburrido que el agua sea transparente y verte los callos de los pies por
ejemplo. Usar de la imaginación, hay que. Imaginando que la bolsa que flota con
pañales podría tener otro contenido más prometedor para la noche. Mucha mierda
pero de toda del mismo color: Marrón. Por suerte salimos con la bota de
pamplona con vino frío clarete. Vino que no dejamos de tomar mientras curtíamos
playa pinamareña llena de familias y mujeres que nunca estaban en la franja
20-30 años. Siempre un poco más. Siempre un poco menos.
Primera retirada
Por la playa llegamos a salinas. Allí había una feria
artesanal y yo busqué infructuosamente la casa de mis primos. Tomamos unas
cervezas mientras veíamos cómo las motos iban y venían. Iban y venían y van y
vienen por la Julieta que es la principal que parece demasiado grande para lo
que es el balneario en sí. Doble senda con cantero ancho en el medio donde se
sientan los púberes a escuchar la música del aparato portátil tan práctico ese.
Una cuna de la minoridad infractora para la señora que acompañaba a Pablo
Abdala en el supermercado mientras yo agarraba una cerveza para tomar con
Iñaki. Ni el diputado ni su mujer llevaban bolsas o carrito o canastos en sus manos. Ambos
llevaban carpetas con papeles y lapiceras. Según pude escuchar, Abdala estaba
conversando con el de la carnicería sobre el derecho a la vida mientras le
pedía dos kilos de nalga, bien tierna. A
su vez la mujer le ponía a la chica de la panadería una bic azul entre las
manos mientras la “persuadía” a llenar la planilla de firmas para el referéndum.
Cuando ya estaba en la caja con la cerveza a medio calentar por la cantidad de
gente y el calor y la demora en el super, oigo que el diputado nacionalista le
gritaba a un gondolero de la sección limpieza que pasaba: “La mejor manera de zanjar la discusión sobre el aborto es por el camino de
la consulta popular".
Estos tipos, los políticos, nunca descansan, o
será que siempre descansan. No sé. Salí del super con la ligera sospecha de que
Salinas tenía algún tipo de imán para lo trágico. En fin, nosotros habíamos
llegado ahí sin querer. Debíamos estar en otro balneario pero el destino nos
dejó en esa ciudad, nos resignamos a pasar un rato ahí. Nos sentamos en un
tronco a tomar nuestras drogas mientras la gente pasaba y las motos y las
indumentarias aurinegras desfilaban por la multicultural Av. Julieta. Debíamos irnos
pronto ya que éramos casi invitados especiales en Pinamar.
Una vez alguien dijo:
Si Kaurismaki hubiera venido a Uruguay a hacer una película nunca más se
hubiera ido. Se hubiera pegado un tiro antes, no lo aguantaría.
En el camino de Salinas a Pinamar por la ruta los zombies
nos paraban para comprarnos porro. Sólo cambiamos un porro por un gramo!!
decíamos muy orgullosos de mantener la dignidad y no ceder al dinero. Los zombies
de canelones están un poco menos evolucionados que los de Montevideo, y la
hostilidad aumenta proporcionalmente. Nos intentaron atropellar más de una vez con
sus motos zigzagueantes. Bardo, mucho bardo. El Tercer Turismo Mundista.
Nuestra vida no podía ser más emocionante. Vivíamos al
límite. Al límite de la orilla de la playa, de la ruta y de las motos. En un
descuido el mar se nos avanzó y mojo mochilas y zapatos. Ni del mar se puede
fiar.
Con los Cada y los
Rudo
Al llegar al bar un ambiente tejano lo envolvía todo. la entrada de madera en tablas horizontales le daba aspecto de establo. El lugar,
ubicado sobre la ruta, una vez que pasabas el portón, tenía una puerta lateral que permitía sentarse en una
silla junto a una mesa y apeciar el espectáculo. Adentro el escenario ubicado de espaldas a la ruta con una tarima y otro
espacio más adentro donde se ubicaba la barra con un pool y una mesa para
apoyar la cerveza. Con Iñaki nos jugamos uno mientras empezaba ya que había
empezado a agarrarle el gusto a esto del pool, cuando nos dimos cuenta de que
saber jugar al pool te hace màs rock. Él al menos lo calificó como una
pendiente. Estar ahí era como ir a la reunión de familiares que tienen casa en
la costa. No una costa muy suntuosa, pero costa al fin. Como en esos cumpleaños
te saluda el tío Peyo, la prima Orman y
vos pasas, saludas al tío Moreno y te pones en un rinconcito.
En la parte inmediatamente frontal al escenario, donde
comúnmente la gente baila, había un piso muy west-finland de tablones gruesos y
opacos, gastados por las cientos de botas tejanas y punkies que zapatearon durante
horas y horas de rock. No estaba mal para ser la única cosa en el mundo un
sábado a la noche de principios de enero. Mejor que ir al cine. Más que ir al
cine eso era como meterse en la misma película. Luces redondas de colores que
flotaban cual pompas psicodélicas y se proyectaban en los torsos de los
frontmans.
Arrancaron los Rudos Wild con mucha fuerza, una canción por
lo que recuerdo de punk california. En formato trío. Con un muy joven bajista
que tiene pasta y actitud, aparte de tocar bien. Lo que se veía era todo un
show, más allá de que hubieran pocas personas, de las cuales un sector estaba
integrado por lugareños que sólo querían comer una pizza en el bar de barrio
antes de ir a dormir. No les interesaba gastar tiempo y fuerza en una banda de
rock. La playa era el centro de atención y donde pasaban la mayoría del tiempo.
Ese es el concepto consensuado de turismo para un montevideano. Prohibido pensar.
Incluso más de lo que lo está el resto del año.
En vísperas de reyes los Rudos nos regalaron dos temas nuevos muy wais: uno pukny y otro más country, con la poética adolescente romántica y desgarrada tan característica del Peyo.
Por el escenario además de los Rudos paso Cash, Social Distorsion, y hasta Little Richard. Buenos temas. Aplausos. Muchos aplausos y ovaciones. Amigos, veteranos, y amigos veteranos.
Nosotros de Cash, queríamos las drogas, pero justamente nos faltaba cash y nos tuvimos que conformar con algo similar al hash. Pero los Rudos nos pusieron white trash y nos encajamos cualquiera.
Lo de Cadaveres Iustres fue una clase de lo que es el rock. Su frontman lleva un tatuaje enorme en la espalda con el símbolo de la banda. que siempre muestra al dirigirse al baterista que toca como un niño de ocho años jugando con sus pequeños opel records de colección de hojalata. Todo parecía armónico y eso se convirtió del todo en una película del Kaurismaki. Demostraron que hace 20 años que tocan. o más bien lo hicieron notar. La banda generó para ese puñado de desubicados que éramos del verano, un clima. Psicodelic from Canelondres. Por momentos me hizo acordar a la influencia evidente de loquillo, pero también a aquellos primeros años de la polla ochentosa de y ahora qué. No son la nueva generación. No son MPU. No son intocables ni mucho menos eminencias para el escenario local. Tienen más de gente común, militante de un rock que aparece de vez en cuando, y vale la pena estar atentos cuándo lo hace.
Nuestro debut de verano empezó de un lado pequeño y bastante ameno. Ahora cabría preguntarse cuántos de estos lugares quedan.
la vuelta del cap
Todo termina y la retirada se hace difícil. Ya en la ruta, un lado, la que va a el este, más allá del peaje del arroyo Solís, el camino hacia las luces de la gran bacanal vacacional rochence, donde se van los amigos que quieren ser felices, no como nosotros, que estábamos del lado de la ruta que llevaba a la responsabilidad, trabajo, mala hostia, mosquitos de ciudad y desolación. Cosas que tanto Iñaki como yo preferíamos, indudablemente. Nos tomamos el copsa con el Moreno (batero de Rudos Wild) sabiendo que hacíamos lo correcto, y una leve sonrisa se dibujo en nuestras pàlidos rostros, cuando al primer paso en el pasillo una señora del primer asiento gritando hacia el fondo: TENGO UN NIÑO DURMIENDO, DEJEN DE CANTAR LA PUTA QUE LOS PARIÓ!!!!! Los cinco o seis adolescentes atrincherados en el medio del omnibus hicieron caso omiso al reclamo de la desesperada madre. siguieron al son de y dale dale carbonee/ hoy te vinimo a alentar / para ser campeón/ hoy hay que ganar/ usando ventanas, piso y paredes de percusión, llegando a emular casi a la perfección el clásico bombo y redoblante (se notaba que no eran principiantes en esto de la arenga en el trasporte), y siguieron sin parar durante la siguiente media hora con una basta lista de temas, algunos de ellos incluso inéditos y de próxima aparición en la Amsterdam. Por mi cabeza pasaron millones de hipótesis, hasta que llegué a dos mas o menos posibles: O estaban re contra re falopeados y se iban pal baile y esa era la única forma de agarrar valor para encararse a una mina; O estaban practicando disciplinadamente las letras de cara al próximo match. Al final me terminé definiendo por la segunda opción.
A la siguiente parada se sube el tío peyo y la prima orman con sus tatuajes y su andar rockabilli. al ver la situación inmediatamente se ponen a dar golpecitos al pasamanos en señal de fiesta. Claro, eran las cinco de la mañana y daba para un sentimiento de mancomunión. El ambiente familiero lo viene a cortar un pelado sentado adelante mío, que apeló al sentir manya diciendo: GENTE, YO TAMBIÉN SOY DEL CARBONEE, PERO VAMO A RESPETAR, YO SOY MANYA Y ESTOY YENDO A TRABAJAR en una melodía de hinchada para ser comprendido por sus interlocutores que no parecían muy dispuestos al diálogo. El pelado volvió a repetir el cántico pero esta vez con un tono más desgarrado y sufrido, de un hombre desbordado en su sueño y descompensado en su humor, al borde del llanto aurinegro, sumándole ahora la determinante frase DÉJENSE DE JODER.
Como caído de un paracaídas llega el caudillo pansón del coro de púberes con un contundente VAMO A ACHICAR LA CABEZA y la tribuna se enmudece. Pacificador. Dudosa fue la aparición de un policía joven y sonriente a los cinco minutos del caudillo pansón con más muecas que el truco uruguayo con toda la liga. Al verlo no sabías si se estaba riendo o lamentando. El poli miraba por la ventana metido en su mundo sin dar bola a la maraña de cantantes que seguían hablando. Parecía ser del mismo pueblo que ellos y todos sabían exactamente lo que ocurría menos yo. No soporté más tanta emoción y terminé cediendo al sueño torcido del asiento estrecho del copsa sucio que me dejaría en Rio Branco nuevamente, donde nos esperaban nuestros fieles caballos birrodados, atados a la rampa para paralìticos que ese sábado, evidentemente, no viajaron ni volvieron del este ni el oeste, sino nos hubieran guinchado los caballos. Montevideo tu guincho.
pd. no a la ley fascista de regulación de bicicletas..
la vuelta del cap
Todo termina y la retirada se hace difícil. Ya en la ruta, un lado, la que va a el este, más allá del peaje del arroyo Solís, el camino hacia las luces de la gran bacanal vacacional rochence, donde se van los amigos que quieren ser felices, no como nosotros, que estábamos del lado de la ruta que llevaba a la responsabilidad, trabajo, mala hostia, mosquitos de ciudad y desolación. Cosas que tanto Iñaki como yo preferíamos, indudablemente. Nos tomamos el copsa con el Moreno (batero de Rudos Wild) sabiendo que hacíamos lo correcto, y una leve sonrisa se dibujo en nuestras pàlidos rostros, cuando al primer paso en el pasillo una señora del primer asiento gritando hacia el fondo: TENGO UN NIÑO DURMIENDO, DEJEN DE CANTAR LA PUTA QUE LOS PARIÓ!!!!! Los cinco o seis adolescentes atrincherados en el medio del omnibus hicieron caso omiso al reclamo de la desesperada madre. siguieron al son de y dale dale carbonee/ hoy te vinimo a alentar / para ser campeón/ hoy hay que ganar/ usando ventanas, piso y paredes de percusión, llegando a emular casi a la perfección el clásico bombo y redoblante (se notaba que no eran principiantes en esto de la arenga en el trasporte), y siguieron sin parar durante la siguiente media hora con una basta lista de temas, algunos de ellos incluso inéditos y de próxima aparición en la Amsterdam. Por mi cabeza pasaron millones de hipótesis, hasta que llegué a dos mas o menos posibles: O estaban re contra re falopeados y se iban pal baile y esa era la única forma de agarrar valor para encararse a una mina; O estaban practicando disciplinadamente las letras de cara al próximo match. Al final me terminé definiendo por la segunda opción.
A la siguiente parada se sube el tío peyo y la prima orman con sus tatuajes y su andar rockabilli. al ver la situación inmediatamente se ponen a dar golpecitos al pasamanos en señal de fiesta. Claro, eran las cinco de la mañana y daba para un sentimiento de mancomunión. El ambiente familiero lo viene a cortar un pelado sentado adelante mío, que apeló al sentir manya diciendo: GENTE, YO TAMBIÉN SOY DEL CARBONEE, PERO VAMO A RESPETAR, YO SOY MANYA Y ESTOY YENDO A TRABAJAR en una melodía de hinchada para ser comprendido por sus interlocutores que no parecían muy dispuestos al diálogo. El pelado volvió a repetir el cántico pero esta vez con un tono más desgarrado y sufrido, de un hombre desbordado en su sueño y descompensado en su humor, al borde del llanto aurinegro, sumándole ahora la determinante frase DÉJENSE DE JODER.
Como caído de un paracaídas llega el caudillo pansón del coro de púberes con un contundente VAMO A ACHICAR LA CABEZA y la tribuna se enmudece. Pacificador. Dudosa fue la aparición de un policía joven y sonriente a los cinco minutos del caudillo pansón con más muecas que el truco uruguayo con toda la liga. Al verlo no sabías si se estaba riendo o lamentando. El poli miraba por la ventana metido en su mundo sin dar bola a la maraña de cantantes que seguían hablando. Parecía ser del mismo pueblo que ellos y todos sabían exactamente lo que ocurría menos yo. No soporté más tanta emoción y terminé cediendo al sueño torcido del asiento estrecho del copsa sucio que me dejaría en Rio Branco nuevamente, donde nos esperaban nuestros fieles caballos birrodados, atados a la rampa para paralìticos que ese sábado, evidentemente, no viajaron ni volvieron del este ni el oeste, sino nos hubieran guinchado los caballos. Montevideo tu guincho.
pd. no a la ley fascista de regulación de bicicletas..
Alguien publique sobre el toque de Bueno Regular
ResponderEliminarsi!!
Eliminarque ganas e ver a esa legendaria y homesta banda llamada cadaveres ilustres. que ganas. sino hubiera estado tan roto y rock de la noche anterior hubiera ido. no le dijeron nada al señor nacionalista??? yo le hubiera señalado un churrasco y le hubiera dicho que sentia mas compasion por eso que por un feto. pero yo ke se. ahorame dieron ganas de ir a la playa
ResponderEliminarno es el hecho lo de rotorock porque hubo personas igual o mas rotas de la noche anterior papei, el rock es rok y no se justifik
Eliminarmira llame a la emergencia del rock, vinieron en una ambulancia negra y tengo el certificado de rotura corrspondiente con los dias y todo. asi que manejese señor.
Eliminaryo llamé a la emergencia del rock, vinieron en una ambulancia negra y me llevaron al toque, así que cero escusa papei
Eliminarafiche de diseño fuerte:
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