Fecha: Sábado 27 de Julio de 2007
Lugar: El cuartito de la música
Banda: O'neill
Al despertar, el sol no
había salido y no me había transformado en cucaracha. ¿A quién le importa leer
cosas asi, en crónicas de música? No salí de mi casa directo a un toque. El dia
tuvo su deriva, pero las cosas se relacionan de una manera harto siniestra. A la tarde sentado en el solcito de la plaza
de la coca cola el Dryco, hacia lo que podía con Malvin Alto, que cuando niño
representaba lo cheto. Los Alter, el
cuadro del otro complejo. El último trago con su gusto dulce fue a tomarse en
el momento decisivo del partido. Remate semi potente del atacante malvinense se
encuentra con la débil barrera del arquerito que había sacado varias. La puta
madre, tres a dos y a remarla el Dryco a tres minutos del final. El gordo de
mierda encima gritó el gol como si fuera la final de la supercopa. Andate de acá,
acá no me grites los goles, te voy a picar, gordito. Piñas, patadas, mujeres
embebidas en agua oxigenada reclamaban al simpático juez William que estampara
en el formulario, violencia de género. El gordito de Malvin le pegó a un mina,
es verdad, yo lo ví. Lo vio hasta el técnico de Malvin Alto que llegó a pedir disculpas.
Así no. Los chiquilines ya están en otra y el partido se suspende. Estos arman
bardo acá porque somos gente de bien, anda a hacerte el dobandi en un partido
del metropolitano, dice el canchero.
¿Quién fue el jugador del partido? El 11 de Malvin Alto, el
gordo chiquito, el borracho o'neill, una clase para jugar parado, mete desborde,
y en una baldosa deja parado al lateral, enloquece y tira el centro, el
guachito que lo marcaba estaba furioso, pero se la aguantó como un campeón.
En fin, violencia, mujeres oxigenadas, fútbol, borrachos
oneills, vamos al cuartito de la música, que toca el oneill músico, el que te
la juega de parado también, al final de cuentas (http://www.youtube.com/watch?v=10g8GMVLWN0)
esto también es lo fi.
Con todas las personas que asistieron al cuarto de la música
no podríamos armar dos cuadros de fútbol 7, en parte porque muchas de las personas que
asistieron tienen pinta de no estar ni ahí con el fútbol, ni con su práctica,
ni con su significado, ni con nada, en segundo lugar éramos menos de 14. Mejor.
Más disfrutable se pone.
Para escuchar las canciones de o'neill uno debe tener cierta disposición, quizá no sirva escuchar
la discografía que anda por ahí por los bandcamps y los nikikinkis, pero son
muy útiles a la hora de sacar la letra. Por lo demás en vivo se le entiende
alguna canción que otra. No es cuestión de desanimarse, tampoco. Y este toque era diferente, dudo que
se siga utilizando el término unplugged, pero algo así vino a ser. De esta forma la parte melódica de las
canciones resalta de una manera atractiva, a la vista (me quedé medio colgado
mirando los movimientos de las manos) y al oído (no se escuchan esas porquerías
noise que están bastante de moda). Por lo demás O'neill no busca la extrema
artificialidad en sus composiciones y logra tocar de una manera natural sin
perder sonoridad y manteniendo el ritmo. ¿Qué si le erra? Claro que le erra y
allí reside la prueba más determinante de que estamos ante un músico con sangre,
le erra con emoción. Se equivoca con corazón.
El yerro bueno.
Hace realmente poco me entusiasmé con un libro de Ezra Pound
y hé aquí un pasaje: “ La música se pudre cuando se aleja en demasía de la
danza, la poesía se atrofia cuando se aleja en demasía de la música”, en el
toque muevo la patita y pienso que la música no está podrida, y no en aquel
sentido nihilista de los estómagos, en este toque la música no está enferma. A O'neill en guitarra lo acompaña, un flaco en
el cajón peruano y el bagual en la guitarra eléctrica. Los dos son funcionales
a la canción, acompañan sin sobresalir y a su vez le brindan un toque más pop a
los temas. La descosió al final una minita tocando el piano que había en la
casa y fue el único momento donde me quedé con ganas de que la cosa siguiera,
por lo general prefiero los toques cortos y este no duró cuarenta minutos.
Además O'neill es mi amigo y no tiene un lenguaje constreñido,
lastrado por las florituras. Vayan a verlo.
Lamento finalmente, no escribir nada sobre Ari Vinitzki, ya
que no me encontraba en el lugar a segunda hora por temas de público interés.
A dos cuadras tocaba El Soldado, cuatrocientos cincuenta pesos la entrada para ver un tipo que hizo un tema solo en su vida, la puta que te parió.
A dos cuadras tocaba El Soldado, cuatrocientos cincuenta pesos la entrada para ver un tipo que hizo un tema solo en su vida, la puta que te parió.
precioso. redondito. y el título más extraño alguna vez publicado en este blog. kiero ver a oneill. avísenmennnnno sean ortibas. salut.
ResponderEliminarEste fue uno de mis toques favoritos.
ResponderEliminarLa parte del piano fue gloriosa.
De las buenas crónicas nunca hay nada que decir. Para las malas nunca faltan comentarios.
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