martes, 11 de junio de 2013

I hardly ever am in love



Banda: The Cure
Fecha: 12 de abril del año 2013
Lugar: Estadio de River Plate

  Cuando tenía más o menos 12 o 13 años escuchaba pila la radio, por suerte, porque eso me hizo conocer muchas  bandas. Me acuerdo que una vez en f.m del sol o alguna parecida pasaron Boys don’t cry y en ese momento me puse contenta.
  Ya conocía The Cure, no era una banda tampoco difícil de conocer, mi hermana la escuchaba pero no era una banda a la que le prestara demasiada atención. En ese momento, cuando sonó en la radio le presté atención y me di cuenta que era un gusto de mi pertenencia.
  Fue bastante importante darme cuenta de eso, creo que es algo importante a esa edad, cuando logras diferenciar que eso te gusta a vos, porque tiene algo que tiene que ver contigo y es diferente. No en los términos de diferencia que se podría entender en estos días. (*)
No hablo de exclusividad, para nada; hablo de empatía, de identificación.
  Me acuerdo que en segundo de liceo una vez estaba hablando con Martín, un pibito medio raro y a lo que aquella época llamábamos nerd y nos preguntábamos que banda nos gustaba. No se bien como llegamos a The Cure  y Martín se puso re contento de poder hablar con alguien en la clase de algo que él entendiera
 A Noelia  también le gustaba y un día me trajo una copia del “Greatest hits” que tenía su padre (Un tipo que escuchaba la Karibe y The Cure) y empecé a escucharlo todo el tiempo.
 Un día fui a ver a Pibes Chorros a Fabric y esto nada tiene que ver, pero me acordé de las contradicciones que sufría en esa época.

 Nos anticipamos más de un mes, por miedo a quedarnos con las ganas, le pedimos a Lulisauria que sacara las entradas y como es una mina crá lo hizo en seguida con su plata.
 Pasó ese mes y no me había dado cuenta hasta  el día anterior que estuve 5 años diciéndome a mi misma, esta es la única banda que realmente me importa ver en vivo. Suena  exagerado y tampoco es real, hay muchas bandas que quisiera ver en vivo, pero por alguna razón u otra siempre volvía a este pensamiento.     Sobretodo cando ponia el cassette que le robé a una amiga en un walkman medio hecho pei o cuando ponía un vinilo que compré con un amigo en mi cuarto cuando hacia frio.

  Esa noche no dormí, armé la mochila rapidito y me fui a Tres Cruces, las horas pasaron muy rápido, había mucha gente en el barco. Pasaban videos de Beyoncé pero por extraña razón sin audio, estuvo bien así. Mi amiga intenta dormir, no la dejé, le hablé de los videos, de lo raro que se veían esas mujeres ahí haciendo movimientos ridículos y lo inverosímiles que eran sus posturas.
  Llegar a Buenos Aires siempre es caótico y diferente.
Esa vez hubo que caminar mucho. la amiga bonaerense nos espera lejos del puerto.
Lo bueno es que llegamos y nos la encontramos y nos lleva a comer a un restaurante chino.

  Luli es una chica particular y adorable, siempre es bueno verla y charlar con ella, ahora está media quemada porque en Buenos Aires está lleno de propaganda callejera de prostíbulos y arranca cuantos papelitos vea pegados en las paredes.
  El tiempo se pasa en las caminatas de un barrio a otro. La casa que nos hospeda es grande pero no linda, hay un televisor gigante, pero gigante tapando la vista del ventanal que muestra solo más y más edificios de Palermo. Así que da igual, el señor dueño de la casa está medio loco, hace licuados todo el tiempo. Al último le pone vodka, manzana, mala idea. Salimos corriendo con la panza temblando de tanto mejunje extraño.
  El Bondi es un caos, decidimos seguir  a unos gringos que también van al monumental para no confundirnos tanto.
  Nos bajamos confusas, hay policías  y vallas cortando una calle. Amablemente nos indican  a que lugar  ir y vamos lo mas rápido posible, es gracioso ver que todavía llegamos bastante temprano, aunque no vimos las bandas teloneras. Elegimos un buen lugar al medio y derecha del escenario, pero cada vez se llena más todo y nosotras que somos chiquitas nos vamos aplastando entre la muchedumbre que nos empuja y nos quitan el lugar haciéndose los boludos, demora bastante en empezar, estamos ansiosas todos y fumamos y tomamos agua y nos pechamos para no aburrirnos.


 A mi estar ahí me causa gracia. La voz de publicidad cocacolera, que dice Estan listos para ver a The Cure, están listos después de veintitantos años? es un tanto odiable. Sobretodo por su acento aporteñado. La banda se hace esperar bastante, ya no me acuerdo cuanto. Con mi amiga nos reimos imaginando que Robert Smith es una señora terraja preocupada por su maquillaje y que por eso demora y que el resto la deja hacer lo que quiere porque es la señora mas glamorosa del team.

  Cuando salen, la avalancha nos acerca al escenario y empieza como a sonar despacito Plainsong y nadie lo puede creer. Esa canción me va metiendo en un clima de ensoñación paloma.
 Siguen con Pictures of you y yo intento concentrarme en el escenario y verlos tocar este tema, pero me empujan de todos lados y una mujer grita y llora histéricamente al lado mío y pienso que es injusto. Quiero disfrutar cada segundo, se me hace imposible, estoy distraída.
  Intento recordar momentos en los que escuché este tema y no se me viene ninguno a la cabeza.
Por ahí me vienen imágenes de alguna noche lluviosa en Ciudad Vieja y yo tomando grapamiel con unos amigos.

 The end of the World es el tercero en la lista, la verdad, yo nunca recuerdo el orden de los temas pero me acuerdo que ahí me puse contenta y me dejé llevar por los empujones y fui avanzando cantando y apretándome contra todos. En el medio pasa Lovesong, sigo distraida y no me lo perdono, el bajo de ese tema me obsesionó por un tiempo y ahora está sonando muy cerca y yo mirando la niebla que hay encima nuestro. Busco la mirada de mi amiga para cantar con ella y por suerte la encuentro viendo el escenario compenetrada. La voz de Robert emboca en los agudos mientras la gente grita I will always love you con la manito señalando al cielo.  Push anima a saltar un poco, In between days a cantar.
 Tenemos a Robert Smith con los brazos extendidos horizontalmente a sus costados y al fondo una imagen de un cielo trucho muy azul con nubes pomposas, yo voy en cámara lenta, entre cabezas y brazos saltando, subo y bajo, al subir veo esa imagen y no se cómo explicarlo porque todo me parece muy paloma. Just like Heaven fue el tema número nueve y el tema que me hizo mierda. Ya nada importaba, ni los empujones, ni los gritos desaforados. Robert Smith dos por tres hace gritos suaves que simulan a un gatito. Y extiende sus brazos al cielo cuando lo hace, es bastante gracioso.
  Yo estoy como desencajada. No entiendo demasiado que es lo que estoy viendo. Dos por tres me cuelgo a ver la banda como intentando descubrir formas nuevas en una mancha del techo. Por ahí encuentro un sonido y me voy para otro lado, suena en vivo, suena en vivo y es muy raro.
  El concierto fue realmente largo, al tema 21 (tocaron 40 en total) mi amiga y yo nos alejamos del tumulto para ver la banda de lejos, para poder fumar mientras vemos The Cure ahí, a unos metros, para ver como saltan y tirarnos un rato al pasto mojado tranquilas. Para bailar los últimos clásicos, para bialar Killing an Arab como nunca. Para irnos equivocándonos de calles y discutiendo con el tachero nacionalista que quería llevar a los chalchaleros a Londres. Para dormir con una sonrisa esa noche y nada más.



(*)
La diferencia no se trata solamente de escuchar bandas extrañas y tocar un instrumento raro.
No se trata de componer versos tristes a tono con el existencialista moderno, ese q generalmente no es capaz de hacer pensable aquello q no le conviene. Ese q le teme a cualquier reflexión q modifique su diseño delirante y egoísta para el mundo.
No se trata de palabras dulces para comprar señoritas sin amor familiar. Palabras falsas para cuerpos falsos.
No implica, necesariamente, gustar de objetos viejos venidos del bazar del barrio.
Aprendemos q la diferencia vive en los actos de este mes, de esta semana. Vive en mis decisiones de esta noche.
Esto parece una reivindicación de la diferencia.
Y lo es.

Jime.



5 comentarios:

  1. Que bien retratada la incomodidad de los shows grandes de estadio y ese "no puedo disfrutar esto, es muy complicado, a ver, cómo hago, cómo hago" y la confusión. Vos lo disfrutaste mucho igual, parece, pero a mi me cuestan un montón los shows gigantes y realmente estoy mucho más cómodo en lugares chicos últimamente.

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  2. yo una vez senti algo parecido en un toke de buenos muchachos, me parece. y por eso te tengo una sana envidia.

    hoy aprendí una palabra nueva que me sirve para describir lo que me generó esta crónica: diáfana

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  3. muy buenas prosas excelencia

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  4. de las mejores cronistas del blog. lejos. este tema deberia usarse para entrar en cumpleaños de 15 niñas goticadolescentes
    te la tiro http://www.youtube.com/watch?v=g_gPwqTaKtw

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  5. Me gusto el párrafo de Luli y los prostíbulos, el de la identidad, y todo.
    Excelente crónica. Creo que mas o menos es así la vida.
    Se fue al carajo.

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